domingo, 21 de septiembre de 2008

POR ALUSIONES (II)

Seguimos en esta ocasión con la revisión de las cuestiones que se nos planteaban con el escrito de retractación del Sr. Álvarez, comenzando con la tercera de ellas…

3.- Yo había afirmado que, con las enseñanzas de Cristo, el valor doctrinal del libro de Job había sido superado, pues este libro fue escrito cuatrocientos años antes de la venida de Cristo, y su autor no conocía las novedosas enseñanzas de Jesús respecto del sufrimiento. También afirmé que, con las enseñanzas de Cristo, el valor de los diez mandamientos había sido superado, pues éstos fueron enseñados por Moisés para el pueblo judío, mientras que Jesús afirma en el Sermón de la montaña (Mt 5) que los cristianos no deben basarse en los diez mandamientos sino mostrar una conducta superior. Sin embargo, esto no coincide con las enseñanzas de la Iglesia Católica de que, con la aparición del Nuevo Testamento, el valor doctrinal del libro de Job o de los diez mandamientos no fue superado (CIC 123).

® No es que el Libro de Job o los Diez Mandamientos fueran o no superados por el N.T., sino que –como decía en alguna intervención anterior- teniendo en cuenta que la profecía es una proyección del futuro en el pasado, que anima ese pasado pero que no será descubierta como profética hasta que se haya realizado en el futuro, tanto el Libro de Job como los Diez Mandamientos -y como todo el A.T. interpreto yo- son profecía de lo que se habría de concretar en la figura y el mensaje de Jesús de Nazaret (N.T.). Por eso dice Jesús que Él no ha venido a abolir la Ley, sino a darla cumplimiento…

4.- Yo había afirmado que los primeros capítulos del Génesis (el relato de Adán y Eva, de Caín y Abel, del arca de Noé) no contienen historia en el sentido moderno de la palabra, sino que pertenecen a un género literario especial, con el que se pretende transmitir más bien unas enseñanzas sobre el origen del hombre y del pecado en el mundo. Sin embargo, esto no coincide con las enseñanzas de la Iglesia Católica, de que, no obstante los géneros literarios, estos capítulos contienen relatos históricos.

® El carácter histórico que se pretende, no deriva de la aplicación del método histórico, le diría yo al Sr. Álvarez –es decir, no se refleja en el “sentido moderno” de la palabra-.
Sin embargo, lo que creo que pretende mantener la Iglesia es el carácter histórico de algo que aconteció en un momento u otro de la historia, entiéndase:
a) la creación de los seres humanos con y por encima de la materia orgánica y/o animada,
b) la comunión en ese estadio de estos seres con la vida de Dios,
c) la pérdida consciente y voluntaria de esa condición,
d) la avaricia de los seres humanos aún por encima del respeto a su propia especie,
e) o la alianza de Dios con los seres humanos como paso previo a la recreación que posteriormente tendría lugar en la persona de Jesús de Nazaret.

Todos estos acontecimientos son como capítulos novelados de la Historia de la Redención, que no hacen sino hablarnos de la Historia misma, o eso es al menos la interpretación que yo le doy.

5.- Yo había afirmado que el relato de la anunciación del Evangelio de San Lucas, es decir, la narración de un ángel que entra volando en la casa de María y conversa físicamente con ella, realmente no existió de esa manera, sino que Lucas empleó un género literario especial para contarlo, llamado “relato de anunciación”, frecuentemente empleado en otras partes de la Biblia. Sin embargo, esto no coincide con las enseñanzas de la Iglesia Católica, de que el relato de la anunciación realmente tuvo lugar en la historia tal como lo cuenta San Lucas.

® Si tenemos en cuenta que la Vida de Dios y el modo de transmitirla no son ni se realizan de una forma tangible, a mí me resulta perfectamente lógico que las cosas tuvieran lugar en un modo y con unas circunstancias que ni siquiera imagino…

6.- Yo había afirmado que la idea de la virginidad de María “durante el parto” (es decir, el hecho de que no hubo ruptura de himen) está basada en los evangelios apócrifos, y que el parto de María en este sentido debió de haber sido normal, como el de toda muchacha, ya que esto no añade ni quita nada a la grandeza de María, así como no afecta al hecho de su virginidad perpetua. Sin embargo, esto no coincide con las enseñanzas de la Iglesia, de que María se mantuvo virgen incluso durante el parto (CIC 499).

® Y lo mismo diría en este punto, pero con una precisión: Yo concibo que Dios “animase” una vida humana en el vientre de la Santísima Virgen María sin necesidad de semen alguno, como tampoco lo necesitó para la creación del género humano…
Así, se engendró el Hijo de Dios encarnado, que era a la vez el Hijo del Hombre divinizado.
Pero es que ese cuerpo “humano” tenía ya una materialidad que para nacer habría de atravesar el himen de Nuestra Señora, por lo que –y en base precisamente a la doble naturaleza del Hijo de Dios encarnado- yo también interpreto que después del parto el himen de la Virgen no podría permanecer intacto, aunque sí podría ser recompuesto pero me temo que no fueran por ahí los tiros.
También creo –como el Sr. Álvarez- que esto no afecta para nada a la Virginidad Perpetua de María, puesto que al hablar de ello no nos referimos a nada material, sino a la virginal entrega de María a la Voluntad de Dios, condición ésta que no se vio modificada ni antes, ni en medio, ni después del parto.

Además de esto, quiero aclarar dos afirmaciones que hice correctamente, pero que pueden ser malinterpretadas –nos dice el Sr. Álvarez-

7.- Al escribir yo que el relato de Adán y Eva comiendo del fruto prohibido en el Paraíso no era una narración histórica, sino que sólo pretendía transmitir una enseñanza religiosa, algunos han pensado que yo negaba con ello la doctrina del pecado original. Por eso quiero aclarar que nunca negué tal doctrina, sino que la sostengo y reafirmo, tal como enseña la Iglesia Católica.

8.- Al decir yo que todos los cristianos, por el hecho de ser bautizados, son sacerdotes de Jesucristo, algunos han pensado que yo sostenía que todos son igualmente sacerdotes de Jesucristo en el sentido ontológico. Por eso quiero aclarar que siempre creí, y que quise decir, que el sacerdocio común de los fieles y el sacerdocio ministerial son diferentes esencialmente, y participan de distinta manera del único sacerdocio de Cristo.

® En cuanto a estas dos afirmaciones (7 y 8) considero que el hecho de retractarse honra al Sr. Álvarez. Sólo restaría que fuera honesto y sincero.
Pienso que él y la Iglesia no están diciendo cosas contradictorias, aunque pienso también que según la interpretación o el modo de transmisión que ensayemos y teniendo en cuenta además el efecto limitador de las palabras, en ocasiones originamos con nuestras formulaciones “sesgos” que no consiguen sino apartarnos de una interpretación correcta del sentido primigenio del mensaje y en ese sentido debemos estar dispuestos –al menos en un principio- a aceptar una reconvención.
Eso no quita la libertad de conciencia que nos permite -en su caso- mantener nuestro juicio, pero parece que la posibilidad de ejercitarlo no sea factible –en principio- dentro de lo que es la Organización de la Iglesia.

9. Yo había afirmado en este espacio, que una vez muerto el ser humano, el alma no se separa del cuerpo. Que tal separación es una idea de la filosofía griega, que no aparece en el Nuevo Testamento, de donde tomamos el concepto de resurrección. También había afirmado que la resurrección se produce inmediatamente después de la muerte, porque después de la muerte no hay tiempo que esperar. Sin embargo, esto no coincide con las enseñanzas de la Iglesia Católica, de que, al morir, se produce la separación del alma y del cuerpo, y mientras el cuerpo cae en corrupción, el alma va al encuentro de Dios en espera de reunirse con su cuerpo glorificado (CIC 997).

Por lo tanto me retracto de estas afirmaciones que no están de acuerdo con lo que actualmente enseñanza la Iglesia Católica.

® En este apartado, a mí me gustaría decirle al Sr. Álvarez que cuando alguien fallece, lo que era como unión de cuerpo y alma deja de ser, yéndose degradando la materia y entrando a formar parte de otros grupos de materia, y yendo su alma a reunirse con Dios a la espera de que su cuerpo sea glorificado.

Quiere esto decir, que aunque a partir del momento del óbito el tiempo carece de virtualidad para ese ser, no es así si consideramos que es la humanidad y no el individuo quien será recreada con la definitiva llegada del Hijo del Hombre, momento éste en que tendrá lugar de nuevo la unión de cuerpo y alma de cada finad@, y la manifestación en ell@s y entre ell@s de acuerdo a los méritos o a la capacidad alcanzados de la Gloria de Dios.

Bueno, queridos amigos.

Hasta aquí llega mi reflexión. Como siempre os digo, tomadlo como un documento de trabajo sobre el que me encantará leer lo que tengáis que decir.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que el mero planteamiento de cuestiones tan absurdas como la historicidad de los relatos del Génesis, los detalles de la virginidad de María, de si Dios envió realmente un angelito mensajero, etc., hace mucho daño a la Iglesia pues la aleja de las personas serias y centradas que podrían aportar una fe racional y madura, sin supercherías. Ahora, la condena de los que piensan diferente ya es totalmente catastrófico. A Hans Küng también se le prohibió enseñar teología católica; con la perspectiva del tiempo transcurrido da un poco de risa, pero sólo con esa perspectiva. El Papa pretende presentar conciliables fe y razón pero así no lo va a conseguir; nadie es infalible.

Como todo esto me parece ciencia ficción te dejo otra vez con una palabras de Simone Weil que expresan muy bien lo que algunos vamos buscando cuando nos acercamos a la religión:

«…cuando leo el catecismo del concilio de Trento, me da la impresión de que no tengo nada en común con la religión que en él se expone. Cuando leo el Nuevo Testamento, los místicos, la liturgia, cuando veo celebrar misa, siento con alguna forma de certeza que esa fe es la mía o, más exactamente, que sería la mía sin la distancia que entre ella y yo pone mi imperfección.»

Anónimo dijo...

Yo estoy completamente de acuerdo contigo, querido Joaquim.

Pero al defender determinados argumentos, lo que pretendo decir es que se puede tener una cierta visión (quizá no tan próxima) de cómo sucedieron los hechos y -a mi modo de ver- no estar loc@s.

Preciosas las palabras de Simone Weil, que yo también hago mías. Lo que pasa es que en mí subsiste la idea de que, si Dios se ha manifestado, ha sido para que le comprendiéramos y no para lo contrario, y por éso me empeño en entender.

Lo que he teorizado, ha sido el modo en que puedo hacer mías determinadas expresiones, y lo que he pretendido, no ha sido sino ofrecéroslo.

¡Eso sí!, con un cordial saludo...

Anónimo dijo...

Con el lenguaje que se utilizaba en el siglo I, se refleja perfectamente lo que ocurrió, dirigido como era a gente de mentalidad oriental y de hace XXI siglos. Eso no se puede tomar como si estuviera escrito ahora y dirigido a nosotros mismos.

La crítica cristiana actual es de una categoría científica muy grande, y por lo tanto lo que tenemos que hacer es aceptarla.

Se puede no estar de acuerdo, pero lo que no se puede negar es que sea muy científica.

Anónimo dijo...

Dorota, si eso es precisamente lo que pretendía yo. Lo que pasa es que son algunos locos los que reparten los palos a los que tienen una visión distinta de las cosas. Defiendo que dentro de la Iglesia puedan coexistir las diferentes maneras de vivir la fe sin tener que recurrir a la coacción o la reprimenda pública. No pretendo imponer a nadie lo que tiene que pensar pero sí defender a aquellos que son acusados injustamente sólo por pensar y, además, lo hacen bien. No hay que estar de acuerdo en todo lo que manifiestan Ariel Álvarez, Hans Küng, Jon Sobrino o Leonardo Boff (ni siquiera estamos obligados a escucharles), pero seguro que algo podemos aprender de ellos. De Ariel a leer la Biblia, de Küng el valor de la libertad en la Iglesia, de Sobrino la apuesta por los pobres (lo que el llama el pueblo crucificado), de Boff la plena sacramentalidad de la vida, y así podríamos continuar. Si sabemos que todo está lleno de matices y que hay más preguntas que respuestas. Para mí el Génesis es una bella alegoría de la creación ¿tan grave es?

El propio Gorka reconoce que no se pueden comprender los Evangelios con la mentalidad actual. ¡Eureka! (pero eso tiene grandes y felices consecuencias). Sinceramente, creo que en la Iglesia deberían poder coexistir desde los lefevrianos hasta los liberacionistas, sin que por ellos tuviésemos que rasgarnos las vestiduras; así podríamos considerarnos católicos los que somos incapaces de creer determinadas cosas (al menos en el sentido en que tienen que creerse para poder ser del club). ¡Cuánta gente hay en la órbita cristiano-católica que va por libre! Por algo será.

Anónimo dijo...

Os dejo el siguiente enlace para que el que quiera pueda ver y oír al padre Ariel Álvarez Valdés en la televisión de su ciudad, Santiago del Estero (Argentina), y pueda hacerse una idea de cómo es y cómo dice las cosas. Son siete entrevistas sobre variadas cuestiones bíblicas; yo he mirado el correspondiente al Diluvio Universal. Creo que están hechas hace unos diez años.

http://www.diariopanorama.com/panoramatv/index.php?SeccPtvID=15&seccion=Cuesti%F3n%20de%20Fe

Anónimo dijo...

Estoy contigo de acuerdo en lo que dices del espíritu unitivo de la Verdad. Quienes nos esforzáramos por compartirlo, por fuerza deberíamos de llegar a incorporar a nuestros esquemas lo verdadero y con ello a la unidad, pero por desgracia no siempre es así.

De los distintos autores podemos incorporar versiones y en ese sentido enriquecernos; lo que sucede es que determinadas interpretaciones ya han sido ensayadas previamente, y se ha también comprobado que han dado lugar a errores que en su momento generaron retrocesos -si no desviaciones- en la trayectoria del Pueblo de Dios.

Quien vela y se supone garantiza -aunque no es la primera vez que Ella misma reconoce sus errores- la trayectoria del Pueblo de Dios, no es sino la Iglesia, y en ese sentido nos corresponde atender a sus sugerencias.

Luego está la conciencia de cada uno, pero éso no debe de tener que estar mediado por el salario que se cobre por impartir una enseñanza religiosa, si tú voluntariamente te apartas de lo que se estima conveniente para el Pueblo de Dios.

¡Y sí!, es a la Iglesia a quien a mi modo de ver le corresponde velar por la ortodoxia -siempre claro está que no se oponga al mensaje del Evangelio-

Asumiendo ésto que acabo de decir, habéis comprobado cómo hay una lectura "ortodoxa" de lo que quiere decir el P. Ariel y que a la vez cuadra con el contenido del Catecismo de la Iglesia Católica.

Entonces, lo que yo entiendo es mi papel como cristiana, es intentar unir, no desunir.

La manera de presentar lo que dice el Sr. Álvarez es muy próxima y muy entendible a todos los niveles, pero ésto no quiere decir que -frente a lo esgrimido por la Santa Sede- tenga razón.

En cuanto al lenguaje, te diré que es muy interesante la cercanía.

Pero como el mismo P. Ariel decía al hablar de los primeros capítulos del Génesis (he visto la página que nos has sugerido, muy interesante por cierto) nos hemos acostumbrado -y nos hemos acostumbrado muy mal, por cierto- a que todo nos lo den pensado, y a tratar de razonar con un lenguaje adulto lo que únicamenten nos suena de lo aprendido de niños, sin habernos molestado lo más mínimo en actualizar el mensaje en lo que tiene que ver con la realidad de su contenido.

Estoy de acuerdo -como ya he expuesto- en lo que dice el P. Ariel sobre el himen de Ntra. Sra. después del parto.

El no aceptarlo así (ésta es una información que me ha refrescado el P. Älvarez) supondría caer en el docetismo, una herejía del siglo XII que consistía en negar la plena humanidad del Hijo de Dios.

Supongo que nos estamos entendiendo, ¿verdad que sí, querido Joaquim?...

Si no, seguiríamos dialogando.

Un cordial saludo.

Anónimo dijo...

Una segunda lectura del texto de Joaquim me ha permitido percibir su hondura evanelica.

Anónimo dijo...

No acabo de estar de acuerdo. No veo por ningún lado ninguna de esas peligrosas desviaciones que crees posibles y que aceptas que la Iglesia deba corregir. A mi modo de ver, dentro de la Iglesia, ninguno de los teólogos llamados al orden ha negado dogma alguno (me parece que no estoy equivocado) ni se ha apartado de la misma, sino que han aportado nuevos enfoques a la interpretación tradicional y un tanto esclerotizada de aquellos. Un caso claro de dogma que puede ser bien reinterpretado en los tiempos que corren es el de la virginidad de María. Resaltar la humanidad de Cristo, por ejemplo, no es negar su divinidad y además resulta muy útil para la plasmación del aspecto práctico de la religión. Si no se traducen en ejemplaridad ¿para qué queremos los dogmas?

¿No están juntos los sinópticos (con Marcos, tan querido por los adopcionistas) y Juan con su visión tan “elevada” y distinta de las cosas? No me negarás que Pablo cambia el punto de vista, Hebreos no digamos; y las cartas pastorales parecen el inicio de un proceso de domesticación en las antípodas del Apocalipsis. Todo, visiones diferentes que dan cuerpo a un poliedro con diversos enfoques y significaciones; de lo que se deduce, sin excesivo esfuerzo, que antes de Nicea la “ortodoxia” tenia una cintura bastante más ancha que la actual. Creo de verdad que al dogma le queda camino por recorrer, no verlo así me parece empobrecedor.

Por cierto, en la web del diario Panorama, si pones Ariel Alvarez (sin acento) en el buscador que hay en la parte inferior derecha, aparecen dos nuevos vídeos correspondientes a dos entrevistas recientes (verás el paso de los años en Ariel y en el presentador ¿qué personaje?) a propósito de la prohibición vaticana; y poniendo sólo Ariel aparecen el resto de vídeos.

En cuanto al docetismo… te has pasado unos cuantos siglos de largo.

Gracias Gorka.

Anónimo dijo...

Te agradezco la corrección, Joaquim. Tienes razón, se me han cruzado los cables. El docetismo es de final del siglo I, y no del siglo XII como decía.

Del resto, a la noche hablaremos.

Un cordial saludo

Anónimo dijo...

Me ha quedado un poco larga la contestación, así que ahora mismo la cuelgo como artículo con el nombre de SOBRE TI...

Alabo tus conocimientos y entrega. "Kelosepas", querido Joaquim.