lunes, 29 de septiembre de 2008

LA INFALIBILIDAD DE PIO NONO

Verás, querido Luis: Aunque no te lo parezca, el que hicieras tuyo el contenido de mi post anterior, es lo que nos puede llevar a recorrer conjuntamente el camino deductivo de la infalibilidad pontificia.

Como sabrás, el contenido de la Constitución Dogmática Pastor Æternus, promulgada por Pío IX en 1870, contiene la definición solemne del Dogma de la Infalibilidad Pontificia, que es del tenor literal siguiente:

"...con la aprobación del Sagrado Concilio (el Vaticano I), enseñamos y definimos ser dogma divinamente revelado que el Romano Pontífice, cuando habla ex cathedra, esto es, cuando, ejerciendo su cargo de Pastor y Doctor de todos los cristianos, en virtud de su Suprema Autoridad Apostólica, define una doctrina de Fe o Costumbres y enseña que debe ser sostenida por toda la Iglesia, posee, por la asistencia divina que le fue prometida en el bienaventurado Pedro, aquella infalibilidad de la que el divino Redentor quiso que gozara su Iglesia en la definición de la doctrina de fe y costumbres. Por lo mismo, las definiciones del Obispo de Roma son irreformables por sí mismas y no por razón del consentimiento de la Iglesia. De esta manera, si alguno tuviere la temeridad, lo cual Dios no permita, de contradecir ésta, nuestra definición, sea anatema."

Y, como sabrás también, tres son las condiciones que deben reunirse para que una definición pontificia sea considerada ex cathedra, y son las siguientes:

1. El Papa debe hablar "como Pastor y Maestro supremo de todos los fieles que confirma en la fe a sus hermanos". (Si habla en calidad de persona privada, o si se dirige solo a un grupo y no a la Iglesia universal, no goza de infalibilidad.)
2. El Papa "proclama por un acto definitivo la doctrina". (Cuando el Papa claramente expresa que la doctrina es definitiva, no puede cambiar.)
3. El Papa habla "en cuestiones de fe y moral".

Sobre el dogma en sí, poco más tengo que decir.

Por ti o por vosotr@s mism@s encontraréis datos históricos y argumentos a favor y en contra hasta hartaros.

Pero si, pese a haberlos leído, no habéis llegado a transcenderlos, es porque no habéis entendido lo que acontece precisamente cuando la infalibilidad del Amor de Dios se nos alcanza: en primer lugar en su Hijo, y desde Él y formando parte de Él, en la colegialidad y -a través de ella- en la totalidad de su Iglesia.

Es el Espíritu Santo –el Poder del Espíritu de Dios- quien actúa en el Cuerpo Místico de Cristo y a través suyo, y es asimismo quien asiste particularmente al Papa cuando hace una definición dogmática que ilumine nuestras certezas.

No es sino un modo de actuar de Dios mediante el Poder de su Espíritu y en quienes –por unión con Él- formamos el Cuerpo Místico de su Hijo (la Iglesia).

Sabemos que la Iglesia unida es infalible porque goza de la infalibilidad del Cristo, y que dentro de Ella hay una figura –la del Papa- quien goza de un especial carisma precisamente porque su misión no es otra que la de –una vez oída la Iglesia Universal- seguir velando y edificando la fe del Pueblo de Dios.

Así pues, es la infalibilidad del Amor de Dios lo que se nos alcanza de una determinada manera.

Pero si esto no creemos, si no lo interpretamos así, si excluimos la actuación del Poder del Espíritu de Dios (el Espíritu Santo) en la Iglesia y en la historia, reconozco que el concepto de dogma no tiene ningún sentido…

Yo lo tengo claro…

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Mil gracias, acaba de garantizarme unos dulces sueños durante una larga temporada. No voy a dudar nunca más y ¡que viva el Vaticano I! Aunque... para qué el dogma de marras si habíamos vivido tranquilamente dos mil años si el. Serían cosas del modernismo imperante en aquellos tiempos. Minucias.

Muchas gracias y que Dios la guarde a Vd. muchos años

Anónimo dijo...

Parece que 1870 fueron los años apropiados para declararlo...

Que Dios nos guarade, como dice Vd., a todos muchos años.

Anónimo dijo...

Para que se promulgue un dogama, se dan una serie de circunstancias que lo hacen aconsejable.

El autentico dogma es que Dios es amor y que para Él todos somos sus hijos y que cuando alguien se pierde, como el Buen Pastor, va en busca de Él, y por eso el verdadero dogma cristiano ese el amaros los unos a los otros como Yo os he amado.

¿Y cómo Dios nos ha amado?, pues dando la vida por nosotros y ahí mismo vence la muerte de todo lo que es contrario a nuestra felicidad con la misma muerte.