lunes, 13 de octubre de 2008

¡SALVE!

De la vida de una mujer nació su Hijo y, a través de Él, también la Vida tuvo continuidad… Así discurría yo ante una hermosa Señora, a cuyas plantas y para felicitarle, sus hij@s acudíamos anteayer.

¡Salve, Reina del Cielo! –le cantábamos- ¡Salve, Trono de la Sabiduría! –pensaba yo-.

Guardiana de tod@ bizkain@ -le decíamos- ¡salve! ¡Salve, Begoñako Andra Mari! –aunando la voz-...

Su hermosísimo semblante felicidad trasmite, tal vez porque Ella sea la que alienta y comprende; la que espera de nosotr@s, aún en los momentos de dificultad.

Si su edad fijar quisiéramos, diríamos que dos mil y pocos años hermosean su beldad, y que tal vez los mismos sean los que –si en ocasiones midiéramos- justificarían su actuar.

Entonces…
… ¿Es por eso que eres tan lista, Madre?...

¿Me lo explicarás?...

… ¿Me explicarás cómo consigues que tus hij@s como tus hij@s nos sintamos, y que nos sintamos asimismo capaces de con tu ejemplo continuar?...

¿Cómo saber sonreír por más difícil que la vida sea?...

¡Dime!, ¿cómo lo conseguiremos?...
... ¡O dime al menos por qué siempre sonríes Tú!...

La verdad es que hubo un momento decisivo en tu trayectoria en el que supiste decir “Amén” a la Voluntad de Dios…

Te fue suficiente conocerla para aceptarla, y fue el que lo hicieras lo que dio lugar a la actuación sobre tus entrañas del Poder del Espíritu de Dios…

Supiste confiar, y supiste esperar, y el resultado, tod@s los conocemos:
… “De la vida de una mujer nació su Hijo y, a través de Él también, la Vida tuvo continuidad”…

Seguro que no fue fácil tu decisión…

Supongo que no habrá sufrimiento que no comprendas, y pese a ello, sabes sonreír.

¡Pues bien!...

Quisiera pedirte ahora,
… que tu cálida y cómplice sonrisa nos ilumine siempre…
… que nos recuerde que siempre hemos de confiar en la voluntad de Dios…
… y que como nuestra amorosa Madre, sigas velando siempre por nuestros intentos de -pese a las circunstancias- saber sonreír.

Quiera Dios que así sea.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Así sea!

Anónimo dijo...

saludos desde apple store in chicago...
un dia de estos vuelvo...

Anónimo dijo...

¡Qué envidia, Hola!.

Pásalo muy bien, ¿vale?, y -si tienes un ratito- no dejes de leernos.

Ondo ibili